miércoles, marzo 15, 2006

Lanzado Zen


"Yagyu Tajima-no-kami era un gran maestro de la espada y enseñaba el arte al shogun Tokugawa Jyemitsu. Cierto día, uno de los guardianes del shogun se acercó a Tajima-no-kami y pidió que le enseñara. El maestro dijo: "Según veo, ya sois maestro de la espada. Decidme, os ruego, a qué escuela pertenecéis, antes que entremos en una relación de maestro y discípulo". El guardián contestó: "Me avergüenza confesar que jamás aprendí el arte". "¿Os burláis de mí? Soy el maestro del venerable shogun y sé que mi ojo no me engaña". "Lamento ofender vuestro honor, pero la verdad es que no tengo ningún conocimiento del arte". Frente a esta decidida negativa, el maestro vaciló un momento; al final dijo: "Si vos lo afirmáis, así será. Pero seguramente sois maestro de alguna otra disciplina, aunque no veo bien cuál es". "Como insistís en ello, os diré. Hay una sola cosa de la cual puedo considerarme maestro consumado. Cuando aún era muchacho, se me ocurrió que, siendo Samurai, no debía temer a la muerte en ningún caso y desde entonces -ya hace algunos años- he luchado continuamente con la cuestión de la muerte, hasta que he dejado de preocuparme. ¿Tal vez será esto lo que vuestra merced señala?" "Exactamente -exclamó Tajima-no-kami- esto es. Me alegro de que mi juicio haya sido acertado, pues el último secreto del arte de la espada reside también en estar liberado de la idea de la muerte. A centenares de alumnos les he mostrado esa meta, pero hasta hoy ninguno ha alcanzado el grado supremo en el arte de la espada. Vos no necesitáis ningún ejercicio, ya sois maestro".

Esta penúltima frase la veo muy aplicable al arte del lanzado a mosca y quedaría algo así: “el último secreto del arte del lanzado a mosca reside también en estar liberado de la idea de capturar el pez. A centenares de alumnos les he mostrado esa meta, pero hasta hoy ninguno ha alcanzado el grado supremo en el arte del lanzado”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así es;cuando sé separán objetivos como rendimiento/recompensa de llevarse al pez que se consiga engañar,ó en su defecto la propia recompensa de poder estar allí...